En cierta
ocasión le preguntaron a Gioacchino Rossini: |
“La
pérdida de Mozart es irreparable. No podré borrar jamás
de mi memoria sus interpretaciones pianísticas... ¡Dolían
tanto en el corazón! (Joseph Haydn) |
Se ha llegado a
calcular la rapidez y eficacia con la que Mozart escribía su música.
Si un copista transcribiera toda su obra, tardaría unos veinticinco
años, trabajando unas diez horas diarias. |
“...El
caso de Mozart se me antoja inexplicable. ¿Cómo, si no,
podría manifestarse la Divinidad, a no ser por la evidencia de
los milagros que se producen en algunos hombres, que no hacen sino asombrarnos
y desconcertarnos?” (Johann W. von Goethe) |
El número
tres fue un número especial para Mozart, tal vez por su vinculación
a la Masonería donde dicho número tiene un especial significado
ritual. |
Sobre
la capacidad memorística que Mozart tenía para la música,
se cuenta que un día, cuando le faltaba poco para morir, Schikaneder
le sorprendió escribiendo el Requiem, en lugar de La flauta mágica
que estaba encargada antes y tenía la fecha de estreno ya comprometida.
El empresario teatral se desesperó e increpó a Mozart:
¿Dónde está mi música?. Mozart señaló
su cabeza y dijo: “Aquí es donde la tengo, todo lo demás
son sólo garabatos y más garabatos en la partitura” |
“Recuerdo
que una vez me invitó a su casa y estuve largo tiempo allí,
donde siempre fui recibido con hospitalidad y estima; en aquella ocasión
pude comprobar su gran afición al ponche, que mezclaba con otras
bebidas e ingería, en vedad, con poca mesura. Era muy aficionado
al billar, y jugamos juntos bastantes partidas, aunque siempre me ganaba” |
“Cuando
Mozart cogía la pluma, tal vez la obra estaba ya compuesta en su
cabeza. Hay genios que crean incluso cuando duermen.” (Pau Casals) |
“El
implacable fatalismo de Don Giovanni y la serenidad de La flauta mágica
representan, tal vez, lo único genuino que el arte moderno ha aportado
después del arte griego. La sublime pureza de algunos pasajes de
esta última obra hace que aflore un ámbito de ardiente misticismo.
Todo es luz. Sólo luz.” |
Mozart
expresó a veces su indignación contra algunos artistas
contemporáneos: “Tiene uno que indignarse con vosotros, diletantes, porque siempre os ocurre una de estas dos cosas: o no tenéis pensamientos propios y cogéis los ajenos; o tenéis pensamientos propios y no sabéis qué hacer con ellos.” |
“Mozart
no puede servir como pretexto a especulaciones de estética. Es
una piedra de toque para el corazón: nos protege contra toda enfermedad
del gusto, del espíritu y de los sentimientos.” |
Siendo
Mozart un adolescente, se le acercó un muchacho de su edad y le
preguntó cómo se componía una sinfonía. Mozart
le contestó que aún debía dejar pasar muchos años
de aprendizaje antes de intentarlo. El joven, irritado con la respuesta
le objetó: “Pero tú ya componías a los diez
años”. Mozart, imperturbable contestó: “Sí,
pero no tenía que preguntar cómo” |
A
Mozart no le gustaba el sonido de la flauta. Llegó a decir: “Lo
único que es peor que una flauta son dos”. Las piezas que
compuso para este instrumento fueron siempre por encargo. En un momento
determinado sustituyó la flauta por el clarinete, instrumento que
sí le encantaba, sobre todo después de haber sido ampliadas
sus posibilidades por un clarinetista de la época que añadió
unas llaves al instrumento para aumentar su versatilidad. A partir del
concierto para clarinete K.622, de Mozart, empezó a utilizarse
este instrumento en las orquestas |
Una
muestra de la prodigiosa memoria musical sería la anécdota
ocurrida cuando contaba con tan sólo catorce años, durante
un viaje a Roma con su padre. Este pidió a la Biblioteca Vaticana
la partitura del Miserere, de Gregorio Allegri, compositor del siglo
XV, que sólo se cantaba en Roma durante la Semana Santa . Le
denegaron la partitura porque estaba considerada como exclusiva y no
se permitía su difusión. Al día siguiente, el adolescente Mozart acudió a la iglesia donde se ejecutaba la pieza y tras escucharla, volvió a su hotel y la reprodujo totalmente. Sólo necesitó volver al día siguiente para hacer algunas correcciones. La pieza dejó de ser secreta desde entonces. |
“Para
Mozart, la fuente de inspiración no fue tanto la humanidad como
el individuo, lo que ayuda a explicar un poco por qué es más
importante como compositor de ópera que como sinfonista. |
La
velocidad que a veces demostraba Mozart en sus composiciones es un caso
único en la Historia. Tal vez se deba a su costumbre y tremenda
facilidad de componer “en la cabeza” y no pasarlo al papel
hasta estar prácticamente acabada la obra. Su ópera “La
Clemencia de Tito” fue escrita en tan sólo 18 días.
La sinfonía 425, conocida como “Linz” se compuso, transcribió
y preparó para su estreno en sólo cinco días. |
“Las
sonatas de Mozart son únicas: muy fáciles para los niños
y demasiado difíciles para los artistas” |
Se
ha especulado mucho sobre la enemistad de Mozart con Salieri, compositor
de gran prestigio en aquella época; llegó a decirse incluso
que Salieri había envenenado a Mozart. Pero lo cierto es que las
relaciones entre ambos fueron siempre de amistad. Esta falsa idea se popularizó cuando Salieri a punto de morir y con el juicio perdido, manifestó sentirse culpable de la muerte de Mozart. Tal vez no era más que el recuerdo de no haber podido ayudarle en sus últimos momentos. Se insistió en esta falsa leyenda negra cuando Pushkin escribió su drama “Mozart y Salieri” llevado luego a la ópera por Rimsky-Korsakov, y más recientemente con la película “Amadeus” de Milos Forman. |
Con ocasión
del estreno de Las bodas de Fígaro, el Archiduque Fernando le dijo
a Mozart: “No sé si le gustará a la gente, mi querido
Mozart, es demasiado ruidoso, tiene demasiadas notas” |
Mozart
solía hacer bromas sobre el excesivo tamaño de su nariz.
En cierta ocasión propuso a su admirado Haynd que interpretase
una partitura que había escrito especialmente. Al hacerlo, llegó un momento en que Haynd reconoció que no podía seguir. Tenía las dos manos ocupadas y no alcanzaba a dar una nota alejada que le faltaba. Mozart pidió que le dejase a él, y al llegar el momento de la nota imposible, se inclinó y toco la nota con la nariz. Ambos rieron y Haynd reconoció que Mozart tocaba con todo el alma y con todo el cuerpo. |
“Físicamente
era un hombre de complexión pequeña, muy delgado y de pálida
tez, con abundante cabello, aunque algo fino y claro, del cual estaba
por cierto, muy orgulloso” |
El
entierro de Mozart fue un perfecto colofón para tan ajetreada vida.
En muchos libros se dice que la comitiva del entierro se dispersó
por una fuerte tormenta y terminó por ser arrojado a una fosa común.
No se sabe con exactitud. Hubo un breve funeral en la Iglesia de SanKt
Stephen. Acudieron los varones de la familia, algunos amigos, entre ellos
Salieri, varios francmasones y algunos nobles. Luego, la lluvia y la ventisca
hicieron que nadie acompañase al féretro al cementerio de
Sankt Marrx, que estaba a las afueras. La tumba quedó sin señal
ni cruz. No se pudo aclarar cómo fue exactamente el entierro, y
en 1901 cuando se trató de identificar los restos no fue posible.
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Cuando
Mozart murió, acudió un gran número de personas a
la casa para presentar sus respetos a la familia. |