DIFICULTADES
A Emilio Porta
Lo más difícil es que
el corazón
recorra su distancia sin heridas,
que el tiempo tenga besos suficientes
entre las páginas del libro
que hace piedra la Historia.
Lo más difícil es
que las fotografías rocen sin
abrasar
las horas degolladas,
acaricien sin daño
los encajes oscuros de las horas que
fueron.
Lo más difícil es que
la rutina sirva para tejer
una canción de cuna
que adormezca y abrigue los caballos
sin alma del olvido.
Lo más difícil es que
nuestros versos
rescaten hoy de nuevo la canción
más oculta, sin sangrar,
sin hacer de la vida cotidiana un
esperpento.
El resto es siempre fácil,
sucede simplemente. |
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DONDE APRENDI
A LEER (TEBEOS PARA LAS FIERAS)
Siempre me pregunté si el Capitán
Trueno y Sigrid
hicieron algo más
que dirigirse lánguidas miradas,
detrás de las almenas del castillo
de Thule.
Lo mismo me pasó con Supermán
y aquella periodista menudilla
que se llamaba Luisa.
Lo de Roberto Alcázar y Pedrín
fue siempre más oscuro,
y resulta escabroso recordarlo.
Y qué decir de tí, Enmascarado
Duende-Que-Camina,
The Fhantom, Mr. Walker,
mi indiscutible favorito:
Heredaste de tus antepasados el trono
de la calavera
y hasta un anillo cátaro,
pero sigue pendiente tu asunto con Diana.
Es como para impacientar a las pirámides
de Egipto.
También da vueltas en mi agenda,
repleta de preguntas,
la estéril relación
de aquel Diego Valor y de Beatriz Fontana,
me resisto a pensar que el verdoso Mekong
fuese el culpable.
Nunca hubo nada entre El Jabato
y aquella Claudia sosa, de peinado indeleble.
Dale Arden y Flash Gordon huelen a goma
de borrar
de bachiller antiguo;
si no fuera por Zarkov y por Ming
nos habría matado tan largo aburrimiento.
Todos igual.
Menos mal que la Dama y el Golfo vagabundo
fueron una excepción con prole
numerosa, pero el resto...
Si alguien los sorprende
en la hierba de un parque, dándose
un revolcón,
o en un modesto piso de Las Ventas,
con un par de mocosos y una nevera a plazos,
le ruego que me avise,
quizás aún esté a
tiempo
de quitarme de encima la extraña
sensación
que desde niño me devora. |